Autocontrol, la pieza fundamental de un perro equilibrado
Publicado de Paramascotas en Educación Canina · Miercoles 22 Jul 2020
¿A quién de nosotros no le preocupa la salud y el bienestar de nuestros amigos peludos?.
Invertimos mucho tiempo eligiendo una alimentación correcta, cuidando que no les pase nada, que se mantengan activos, pendientes de sus problemas de salud, proporcionándoles los mejores cuidados y una correcta higiene. Sin embargo, una buena salud también implica el desarrollo de una buena gestión emocional, una correcta socialización y potenciar sus capacidades cognitivas ya que sin todo ello, la salud de nuestro amigo no estará completa siendo este un punto que, en ocasiones, descuidamos.
Muchas veces estamos mucho más preocupados de que, por ejemplo, el perro nos obedezca a preguntarnos cuál es el motivo por el que no lo hace o de hacer de él un individuo pleno, competente y autónomo. Esto hace que sea habitual que esperemos a que exista un problema para acudir a un educador - en vez de hacerlo de forma previa a que el problema aparezca- y que cuando recurramos a él, sólo lo hagamos para corregir una mala conducta y no para trabajar el que nuestro perro esté completamente equilibrado.
Tenemos que darnos cuenta de que una parte fundamental de la salud de nuestros perros recae sobre la salud emocional, es decir, sobre el hecho de que el perro sepa manejar sus emociones de manera correcta en cualquier situación, y que tener una buena salud emocional implica una mejora en las capacidades cognitivas y sociales. Y una de las capacidades que más debemos trabajar en nuestros perros es, sin duda, el autocontrol.
Pero, ¿qué es esto del autocontrol y para qué le sirve a nuestro amigo?.
El autocontrol es la capacidad del perro de regular y dirigir sus emociones de manera voluntaria. Es por ello la base de una correcta gestión emocional, fundamental para una buena educación y para que nuestro perro crezca libre, feliz y autónomo sin tener que lidiar con problemas del tipo:
“mi perro ladra a cualquier perro que ve”, “salta a todo el mundo por la calle”, “saluda de forma muy brusca” …
La falta de autocontrol hace que el perro sea incapaz de regular y dirigir las emociones, siendo estás las que dirigirán la conducta.
Es, como vemos, una de las capacidades que más deberíamos potenciar en nuestros perros desde pequeños ya que si nuestro amigo tiene un buen autocontrol, paseará tranquilo, no ladrará a otros perros, saludará con calma… evitando así molestos problemas de conducta con los que es frecuente que nos encontremos. En definitiva, un perro con un buen autocontrol será un perro sano y que gestiona correctamente sus emociones.
El autocontrol es, por todo ello, una capacidad que debemos trabajar desde la base, sin esperar a que aparezcan los problemas o las conductas inadecuadas y, en caso de que estas ya existieran, debemos identificar y trabajar las mismas correctamente para que no se repitan poniendo foco en el trabajo del autocontrol teniendo como objetivo que nuestro perro pueda ser autónomo y evitemos así otros problemas a futuro. Por poneros un ejemplo: si nuestro perro saluda de manera muy brusca, no debemos focalizarnos en trabajar o corregir el momento del saludo, sino el autocontrol en su conjunto, a fin de solucionar ese comportamiento y de evitar que surjan nuevos problemas en el corto-medio plazo.
Recordad siempre que un buen trabajo del autocontrol nos evitará dolores de cabeza y hará que nuestro amigo viva una vida plena y satisfactoria tanto física como emocionalmente. Y si os surgen dudas, no sabéis cómo afrontar una mala conducta, o lidiar con la gestión emocional de vuestro amigo, es recomendable siempre hablar con un profesional que os pueda orientar en este sentido antes de intentar corregir un problema que, si no se hace correctamente, puede reaparecer o agravarse en el futuro.