La resiliencia en perros ¿Qué es y para qué sirve?
Publicado de Paramascotas en Educación Canina · Lunes 24 Ago 2020
En estos extraños tiempos que corren, desde las redes sociales, los periódicos y en nuestra vida cotidiana se nos bombardea con ideas y conceptos que nos invitan a superarnos, a adaptarnos a las situaciones nuevas y a enfrentarnos al día a día y a los problemas inesperados de la mejor manera posible.
Uno de esos términos que hemos escuchado más de una vez en esa vorágine de conceptos y herramientas es, seguro, el de resiliencia.
Pero, ¿qué significado tiene esta palabra? ¿Qué implica, realmente, la resiliencia?
La resiliencia se define como la capacidad que tenemos de enfrentar un problema o una situación adversa, superarla y salir fortalecido de la misma, de modo que generemos recursos que nos sirvan para enfrentar situaciones similares o nuevas en el futuro.
Y, en lo que implica a nuestros peludos, debemos saber que esta capacidad no es exclusiva del ser humano: Todo ser emocional la desarrolla.
Es por ello que los perros, como seres emocionales, también la poseen y la utilizan para enfrentar sus propios problemas y desarrollar mecanismos que les permitan responder a ellos de la mejor manera posible, de modo que es en esa respuesta, en cómo sea la misma y de qué magnitud, donde nosotros, sus tutores, tenemos un papel importante.
La resiliencia es una capacidad innata y como toda capacidad, sea del tipo que sea, se puede, sin duda, potenciar. Y es que, muchas veces, nos equivocamos al dejar caer sobre la genética todo el peso del correcto desarrollo de las capacidades y talentos del individuo, evitando ver que existen otros factores que tienen que ver con la educación, la sociedad o la simple práctica que también afectan a su mejoría.
Es decir que el entorno en el que viva el perro, el desarrollo de sus capacidades sociales y sus capacidades de gestión emocional son fundamentales en el desarrollo de un perro resiliente, siendo este aquel que es capaz de afrontar con eficacia situaciones de estrés y ansiedad, seguro de sí mismo y capaz de adaptarse a nuevas situaciones.
La resiliencia es, además, una capacidad que está estrechamente ligada a la gestión del estrés.
Como ya comentamos en nuestro artículo sobre este último, el estrés es algo necesario para nuestra propia supervivencia. Así, un perro que viva en un entorno 100% libre de estrés (además de ser una situación utópica) sería, seguro, un individuo carente de resiliencia y que no sabría enfrentar los problemas ocasionales que pudieran acontecer.
Trabajar la resiliencia desde edades tempranas del desarrollo ayudará a tener un perro adulto estable y prevendrá también la aparición de problemas, garantizando la estabilidad mental de nuestro peludo y con ella, su buena salud.
Es conveniente por ello, incluir entre los ejercicios que hagamos con nuestro amigo durante su educación, algunos que trabajen esta capacidad como son, por ejemplo, la gestión de aversivos, el autocontrol o la tolerancia a la frustración, que serán fundamentales para potenciar su capacidad de resiliencia y obtener todos los beneficios de la misma como son la prevención de futuros problemas de conducta, potenciar su autonomía y seguridad en sí mismo, mejorar su habilidades sociales, potenciar su motivación y , en definitiva, trabajar por el bienestar de nuestros peludos. Una correcta socialización y evitar la sobreprotección, también ayudarán a que su resiliencia sea mejor.
Ayudar a nuestros peludos a que sean capaces de enfrentar cualquier situación por problemática que esta sea potenciando su resiliencia es algo que, como vemos, podemos hacer con sencillos ejercicios y un poco de tiempo y trabajo y que, a corto y medio plazo, resultará en nuestro beneficio y en el de ellos, ahorrándole a nuestro amigo muchos problemas de conducta y emocionales y aportándonos con ello mucha, mucha tranquilidad a nosotros, sus tutores.